La empatía es la capacidad para ponerse en el lugar del otro y
saber lo que siente o incluso lo que puede estar pensando.
Las personas con una
mayor capacidad de empatía son las que mejor saben "leer" a los
demás. Son capaces de captar una gran cantidad de información sobre la otra
persona a partir de su lenguaje no verbal, sus palabras, el tono de su voz, su
postura, su expresión facial, etc. Y en base a esa información, pueden saber lo
que está pasando dentro de ellas, lo que están sintiendo. Además, dado que los
sentimientos y emociones son a menudo un reflejo del pensamiento, son capaces
de deducir también lo que esa persona puede estar pensando.
En una ocasión,
contemplé una interesante muestra de empatía (y falta de ella) en un
restaurante chino. Un hombre daba las gracias a la camarera por un pequeño
obsequio que el restaurante había dejado un par de días antes en los buzones de
las personas que vivían cerca. La camarera china no hablaba ni una palabra de
español, de manera que preguntó varias veces al hombre, quien se esforzaba por
hacerse entender. Cuando la camarera se marcha, la mujer que está sentada al
lado del hombre le dice: "Creo que ha entendido que quieres que te traiga
el regalo", a lo que el hombre respondió con cara de asombro: "¿En
serio?" Al poco rato, llegaba la camarera con el obsequio.
La mujer supo leer el
rostro de la camarera y saber lo que ella había entendido, lo que nos indica
que, seguramente, se trataba de una persona con una elevada capacidad de
empatía.
La empatía requiere, por tanto, prestar atención a la otra
persona, aunque es un proceso que se realiza en su mayor parte de manera inconsciente. Requiere también ser
consciente de que los demás pueden sentir y pensar de modos similares a los
nuestros, pero también diferentes. Tal vez a ti no te moleste un determinado
comentario o broma, pero a otra persona sí puede molestarle. La persona
empática es capaz de darse cuenta de que dicho comentario te ha molestado
incluso aunque ella sienta de otra manera.
La empatía está relacionada
con la compasión, porque es necesario
cierto grado de empatía para poder sentir compasión por los demás. La empatía
te permite sentir su dolor y su sufrimiento y, por tanto, llegar a compadecerte
de alguien que sufre y desear prestarle tu ayuda.
En general, es fácil
para la mayoría de las personas tener una respuesta empática ante un daño
físico ocurrido a otra persona. Por ejemplo, todos sabemos lo que se siente
ante un golpe en la espinilla, porque todos sentimos lo mismo y es fácil sentir
el dolor la persona que vemos recibir el golpe. No obstante, para evitar el
malestar que se siente, muchas personas reaccionan riéndose. De este modo, se
libran del dolor, aunque también se alejan de una respuesta empática.
Cuando no se trata de
dolor físico, sino emocional, puede ser más difícil saber lo que la otra
persona está sintiendo y requiere un grado de atención y de conciencia de la
otra persona más elevado.
Cómo ser más empático
Una persona puede aumentar su capacidad de empatía observando
con más detalle a los demás mientras habla con ellos, prestándoles toda su atención y observando
todos los mensajes que esa persona transmite, esforzándose por ponerse en su
lugar y "leer" lo que siente. Si mientras hablas alguien, estás más
pendiente de tus propias palabras, de lo que dirás después, de lo que hay a tu
alrededor o de ciertas preocupaciones que rondan tu mente, tu capacidad para
"leer" a la otra persona no será muy alta.
Pero la empatía es mucho más que saber lo que el otro siente,
sino que implica responder de una manera apropiada a la emoción que la otra
persona está sintiendo. Es decir, si alguien te dice que acaba de romper con su pareja y tú sonríes y exclamas "¡Qué bien!", no estás dando
una respuesta muy empática.
La falta de empatía
La falta de empatía
puede verse a menudo al observar las reacciones de los demás. Cuando una
persona está principalmente centrada en sí misma, en satisfacer sus deseos y en
su propia comodidad, no se preocupa por lo que los demás puedan estar sintiendo
y no tiene una respuesta empática ante ellos. Es la madre o padre que responde
con un "mmm" indiferente, cuando su hija pequeña le enseña con
entusiasmo su último dibujo, sin percibir la decepción de la niña al ser
ignorada. Es el marido que llega a casa cansado del trabajo y se sienta a ver
la tele mientras espera que su esposa, que también llega cansada del trabajo,
se ocupe de hacer la cena y de bañar a los niños. O es la persona que dice no
importarle si hay calentamiento global o si estamos contaminando el ambiente
porque considera que ya habrá muerto cuando todo eso sea un verdadero problema.
Tal vez vivamos en una sociedad donde la gente es cada vez menos
empática (según estudio de la Universidad de Michigan, los niveles de empatía
de estudiantes universitarios cayeron un 40% entre el año 2000 y el 2010). No
obstante, el único modo de hacer que el mundo sea cada vez más empático y no al
revés, consiste en que cada persona se esfuerce por ser más empática, prestando
más atención a los demás, a sus emociones, a lo que pueden estar sintiendo o
pensando, o cómo les afecta lo que dices o haces.
Comentario: nos habla sobre lo importante que es la empatia ya que con ella nos desarrollamos y entendemos mejor a las personas que nos rodean para comprenderlas y reaccionar hacia las posibilidades que ellos tienen, esta tambien nos habla sobre la falta de empatia y como mejorarla para quien dice ponernos en los zapatos del otro. muy buen tema
No hay comentarios.:
Publicar un comentario